8 de diciembre de 2010

La Musicoteca: Stuck In the Middle (with you)

Tras un pequeño paréntesis vuelvo a la carga. La canción que hoy os dejo es una cover/versión (y que no parezca que aquí solo cuelgo versiones) de la que compusieron allá por los 70 los escoceses Joe Egan y Gerry Rafferty (que luego sacaría Baker Street, de la que prometo hablar en un tiempo no muy futuro) para su grupo Stealers Wheel, conocida por aparecer en la película Reservoir Dogs de Quentin Tarantino.
La versión que hoy os recomiendo está realizada por el cantante de jazz canadienese Michael Bublé, que no aparece en ningún disco, aunque se puede encontrar en Spotify en su disco Call me irresponsible de 2007. Para esta canción, y como es habitual en el canadiense, se rodea de una gran (y buena) Big Bang, con gran presencia para el piano, para realizar las cover. Cabe destacar el toque latino que parece que toma la canción con el acompañamiento de congas y bongós (que no bongo) aunque conforme la canción va pasando toma otros derroteros hasta el cambio de tono, ya casi al final del tema, donde podría situarse ya en el estilo más bubleiano (como hiciera en Feeling good) con metales enfrentados mientras la voz repite las últimas frases. Antes de dejaros el enlace solo decirso que aparte de hacer covers a su manera, también tiene canciones propias.

11 de noviembre de 2010

La Musicoteca: Rock and Roll All Nite

Cambiamos completamente de estilo: del chill out de los atardeceres de Ibiza al rock más duro de New York. Y de la mano de un grupo que no deja a nadie indiferente: Kiss.
Creado en 1972, este grupo neoyorkino, tuvo su máximo espléndor en el ámbito del hard rock durante toda la década de los 70's. Aparte de ser uno de los iconos del hard rock, se ha convertido también en todo un fenómeno social, debido a su puesta en escena tanto personalemente como en conjunto: de sobra conocidas sus actuaciones en vivo donde uno olvida que es un concierto ya que más bien parece un espectáculo macabro: escupiendo sangre y fuego, guitarras humeantes y fuegos artificiales, eso sin olvidarnos de sus trajes, pinturas (que según la leyenda solo se quitaban para volver a pintárselas...)y su flamante rock. Por todo ello son considerados una de las mejores bandas de rock en directo de todos los tiempos.

Aparte de lo "puramente musical" Kiss supo vender toda su imágen y todavía hoy día se pueden encontrar desde muñecos articulados de sus integrantes, hasta comics, sin olvidar las parodias que aparecen en las series de animación o pinballs.

En la década de los 80 la banda sufrió una transformación. Debido, a problemas de abuso de todo tipo de sustancias por una parte, problemas de liderazgo y a la reclusión de sus verdaderos individuos (ya que todos habían tomado un alter ego desde su formación); dos de sus miembros decidieronirse y el resto se hizo un lavado de cara (y nunca mejor dicho). Desde entonces la banda sigue componiendo y dando conciertos, pero sin ese toque macábro de los primeros años.

Esta tema es uno de los temas estrella de la banda. Grabado en 1975 (Dressed to Kill), la solían tocar en sus conciertos a modo de despedida, de echo si buscais por Youtube sólo encontrareis versiones en directo de este éxito. Aparece en númerosas listas de "Las mejores canciones de..." Aunque ahora mismo por lo que es más conocida es por el hecho de aparecer en diferentes ediciones del videojuego Guitar Hero. De la letra decir que no es que sea de esas que recuerdas por las coasas tan profundas que dice, sino por la de veces que gritas (porque no lo cantas) el estribillo:

You keep on shoutin, you keep on shoutin
I wanna rock and roll all nite and party every day!!

 Por último despedirme de la misma forma que Stanley presentaba esta canción en su actuación en MTV Video Music Awards de 1996:
 "There's only one nation, that's Kiss Nation, there's only one Rock & Roll national anthem: Rock and Roll All Nite, party everyday!"

2 de noviembre de 2010

La Musicoteca de Moreira: Inauguración y Nocturno Nº2

"Y como decíamos ayer...", como dijera Fray Luis de León tras volver a impartir sus clases en la Universidad de Salamanca después de su estancia en la cárcel, esto prosigue (al menos por ahora) y, como decía una emblemática frase de Unamuno trasformada luego por la sociedad, " hay que renovarse o morir". Por eso inauguro esta nueva sección, que al igual que otros antes que yo, dedicada sólo a la música, pero sin centrarla en un sólo categoría. 
Aquí nacen La Musicoteca de Moreira. Habrá entradas dedicadas al rock, pop, música clásica, jazz, popular...Prometo ser ecléctico.
Que mejor forma de empezar a serlo que con un tema clásico remodelado. Antes de nada puntualizar que por música clásica yo entiendiendo la música culta o la música seria compuesta entre el medioevo y el presente, también llamada música académica (copy-paste). Este remodealdo de los clásicos cada vez está más popularizado por su uso como bases de temas de rap, aunque no es algo novedoso ya que aparece por ejemplo en algunas peliculas de la época disco: en Saturday Fever, por ejemplo, se "actualiza" la 5º Sinfonía de Beethoven ( Walter Murphy – A Fifth of Beethoven (Beethoven's Fifth Symphony ). Aunque este tema está más cerca en el tiempo:

Café del Mar, es un bar de Ibiza situado en un enclave único sobre la playa de San Antonio que les permite ver unas fantásticas puestas de Sol.
Es famoso por la selección de música que pone en esos artadeceres, mezclas chill out de canciones del momento o populares, mientras el atento público disfruta de las vistas y su consumición. Desde 1994 editan un disco cada año donde aparecen algunas de las canciones que pinchan en los ocasos.
Este tema pertenece al segundo volumén de un recopilatorio especial donde se hacían versiones chill out de música clásica (Café del Mar Classic II) En este caso del Nocturno Op.9 n.º 2 de Chopin, obra de sobra conocida del compositor polaco.


Pdt: A parte de las actualizaciones que haga en el blog, crearé una lista de reproducción publica en mi pérfil de Spotify desde donde podreís acceder a todas estas canciones.

1 de agosto de 2010

Memorias de mochilero


Aún no había amanecido, pero ya llevaba varias horas viajando. Había decidido aprovechar la frescura de la noche para adelantar el camino y poder hacer un alto en las horas de más calor. Además contaba con que hasta dentro de una hora no hubiera nadie más por las carreteras y hacer todo el papeleo de las aduanas con tranquilidad. Como equipaje sólo llevaba una mochila alpina a su espalda cargada hasta los topes. No necesitaba más.

Llego a la frontera antes de lo previsto, con los primeros rayos del sol dándole en el casco. No le hizo falta mostrar documentación alguna. Condujo por las calles de la primera ciudad extranjera que pisaba. Nadie se le quedaba mirando como cuando salió de su casa, la suya era la estampa normal al otro lado de la frontera. Al llegar al parking de la estación aminoró la velocidad y colocó su Vespa junto a las otras motos. Tras asegurarse de que quedaría a buen recaudo, guardó el casco y se desapelmazó el pelo.

Entró en la pequeña estación y sin mucho esfuerzo encontró la ventanilla de venta de billetes. En su vasto inglés chapurreo un saludo. Para su sorpresa la contestación fue en español. Un par de frases después ya tenía el billete en sus manos. El billete con destino a una vida nueva.

4 de julio de 2010

Arrivederci¡

Hoy significa el final de una etapa. Y también el comienzo de otra. El ciclo, al menos por ahora, continua sin (demasiados) tropiezos. Hoy es el día en el que tengo que decir adios al "plato caliente sobre la mesa" y hola a "busca y vive tu propia vida". Y también el día en que me iré a recorrer mundo por mi cuenta. Hable con quien hable, la frase se repite: "Disfruta de este verano, será el verano. No volverás a tener otro verano como éste."Son la voz de la experiencia, y hay que creerles.
Dentro de apenas unas horas cogeré el bus que me llevara de destino a la madured. O al menos algo parecido a la independencia. Tal vez dentro de unos años me acuerde de estos momentos con alegría. O no. Eso nadie lo sabe. Pero hay de lo que estoy seguro: algo va a cambiar. Para bien o para mejor.

No se cuado volveré, tan sólo espero hacerlo.

1 de julio de 2010

Nunca es tarde (II)

Caminaban a paso rápido con la cabeza gacha por las calles de la solitaria ciudad.  El tren llegó puntual a la estación, y aunque creyeron que llegarían a tiempo, ya llegaban tarde. Y mirar cada poco el reloj no les serviría de nada. Iba a ser un día muy duro y no había más que comenzado. Ambos llevaban los auriculares en un intento de aislarse de la compañía que horas más tarde buscarían.

Tardaron poco más de veinte minutos en llegar a la impresiontante mole que guardaba la biblioteca estudiantil. Aún estaba cerrada, pero ya sabían que llegaban tarde. Levantó la vista y se fijó por primera vez en los ojos de su acompañante. No tenían el menor rastro de dudas o inquietud. Al menos, tenía la seguridad de que uno de los dos estaba seguro de lo que iban a hacer.

Rodearon el edificio y, subiendo por la escalera de incendios, llegaron a la puerta de la segunda planta, que como siempre, estaba abierta. Sin esfuerzo la empujaron y giraron a la derecha hasta quedar frente a la puerta del despacho del profesor Vilagar. Su refugio cuando aún se podía decir que "estudiaban" en la biblioteca. La puerta estaba entornada, permitía que la luz ambarina de la lámpara del escritorio inundára el corredor. Se aproximaron a la puerta y pudieron oir el leve zumbido del viejo tocadiscos del profesor cuando se acababa el disco.

-Debe de haberse quedado trabajando hasta tarde, como hacía entonces - susurró su compañero mientras empujaba lentamente la puerta.- Aún estamos a tiempo de dar la vuelta si quieres.

-Pasen - respondió una voz grave desde dentro-, les estábamos esperando.

Abrieron la puerta y vieron al profesor de pie junto a la mesa. El paso de los años no le afectaba: el mismo frondoso bigote blanco, las mismas gafas de concha desgastadas y sus temblorosas manos, siempre jugando con un inagotable Bic azul. No les miraba a ellos sino a las dos mujeres que le acompañaban que, sentadas en el viejo tresillo, pasaban desapercibidas.

-Bienvenidos, una vez más- dijó el profesor desde dentro.- No os preocupeis por mi compañía, las conoceis mejor de lo que pensaís.

Tras entrar en el despacho, rodearon el tresillo hasta quedar junto al profesor. Frente a él estaban dos mujeres. No solían ser el tipo de persona que entraba a ver al profesor, estudiantes en busca de apoyo o con demasiadas respuestas; no, ellas daban la impresión de venir en calidad de iguales a conversar con un compañero de investigación. De las dos, él se quedó mirando a los ojos de la que tenía enfrente: unos ojos claros, pero muy profundos. Conocía esos ojos de hacía mucho tiempo, aunque creía que había podido olvidarlos. No necesitaba seguir mirando, ni siquiera preguntar. Nunca era tarde para reencontrarse con su primer amor.

25 de junio de 2010

Tarde. Muy tarde (I)

Aún tenía el pelo húmedo cuando salió del baño a la carrera. Apenas tuvo tiempo a mirar lo primero que encontró en el armario y vestirse, llegaba tarde. Muy tarde. Sin abrocharse las gastadas Converse salió con lo puesto. Mientras esperaba al viejo ascensor llegara le dió tiempo a chequear la mochila. Aún no sabía como el móvil le podía haber vendido de esa forma y menos a pocos de días de algo tan importante. Y, por más que corría, llegaba tarde. Al llegar frente a la estación aminoró el ritmo al ver que aún no estaba su amigo esperando. Al agacharse para atarse, su amigo abrió la puerta.

-Ya creí que no venías y que nos quedaríamos durmiendo. Vamos, que todavía tenemos posibilidades de llegar a coger el de menos cinco.

Pasaron la tarjeta por el torno y se sentaron a esperar el cercanías. No había mucha gente en el andén. Era demasiado pronto para que los estudiantes salieran de casa. Y mucho más teniendo en cuenta que las notas finales ya  habían sido publicadas. El tren, como no podía ser de otra forma, llego puntual. No hablaron mucho durante el viaje, ya no había más que hablar. Se respiraba la tensión en el ambiente y ya era tarde para poder cambiarlo.

13 de junio de 2010

Una por Riestra

Hace ya unos años que te conozco. Nunca coincidimos en clase, es cierto; de echo tampoco cursamos las mismas asignaturas: yo pertenecía a ese grupo ajeno de alemán y tú ibas a francés. De tú existencia sólo sabía tu nombre, ¿qué coincidencia, no? Eras el hijo de la amiga de la madre de mi mejor amigo, esa fue tu presentación aquella veraniega noche, una de las primeras que a nuestra, entonces corta, edad saliamos. Eran las fiestas de Begoña y mientras "escuchábamos" uno de esos conciertos, aprovechamos para hacer amistad mientras el Héctor jugaba a intentar lanzar al mar a Sandra. Creo que desde entonces guardó buen recuerdo de tí.

Un par de años de saludos por los pasillos de dentro y fuera del instituto. Curioso que mis motes cambiaban mientras tú seguías siendo Borja. Ni apellido ni nada. Hasta que Los Diéciseis me reclutaron dentro de sus filas (que por aquel entonces no llegaban a ser más de Los doce con Trece) y comenzaron las rutinas de los sábados: los hijoputa y las apuestas de partido del Molinuku, la hora de cenar, los chupitos del Hat-Trik, la vuelta a casa...

Miembro cofundador de la Generación del '09, entusiasta viajero y cronista de sus andanzas, además de creador de de historias irrealmente ciertas; tienes el título (o carga) de ser el único integrante del grupo que no comparte el estudio de las ciencias. Nó solo aguantas nuestras ya repetitivas muestras de afecto por el bachiller "fácil" (que tampoco lo es tanto) sino que te ries con ellas No sé como lo aguantas, deberías llamarte Job, por la paciencia que tienes con todos.

Aunque lo que más valoro es tu sinceridad para decir las cosas importantes, no te las guardas; y para guardar aquello que te confíamos.

Por si no lo había dicho aún, hoy es tú cumpleaños, y a pesar de que nuestra "amiga" PAU (creo que no hace falta aclarar cuál de todas, no?) nos esperá el martes...espero que disfrutes de tu mayoría de edad en este día.

Parece que esto ya es tradicional, felicitarnos a base de entrada en el tablón, algo distinguido y personal que sólo unos pocos privilegiados tienen el honor de recibir. Hoy tú estás entre ellos. Así que sólo me queda decir:

¡Felicidades Riestra¡ ...y que cumplas muchos más¡


Posdata: He vuelto, y esta vez es para quedarme...al menos por un rato

1 de mayo de 2010

Conflicto en la estación.[El sonido de una lágrima (III)]

El inapelable destino siempre juega una mano por delante de la del resto de jugadores. Él, que había jurado no volver a aquel nefasto pueblo perdido entre las colinas, aparecía ahora vestido para la ocasión. No había podido encontrar un refuerzo libre para un día tan musicalmente ajetreado como lo era el del domingo de resurrección. Aún no había pensado en lo que haría para aguantar una hora en ese hostil ambiente y mucho más después de lo que había pasado. Si antes era un bicho raro, un urbanita con dotes de supremacía; ya no sabía cuál sería su próxima adquisición. Tediosamente sacó el billete de la cartera y lo pasó por la máquina, que con un agudo pitido se lo devolvió. "Mierda, otra vez se ha doblado. Con un poco de suerte -pensó, mientras pulsaba el vistoso botón de ayuda- nadie me contestará al otro lado del microfonillo y no tendré más remedio que quedarme en el andén."

Tras él, la puerta de la sellada taquilla se abrió, saliendo de ella una sombra. Al verle, se lanzó furioso contra él, golpeándole contra la máquina.

-Pero, ¿qué haces tú aquí? ¿No te basta con el daño que has hecho, que vuelves a por más? -gritó mientras le propinaba otro empujón. Por fin veía a su atacante y no es que le alentará demasiado saberlo.

-No es por gusto, ¿o de verdad crees, Enrique, que me gusta ver como me miráis con desprecio cada vez que llegó? Hice todo cuanto estaba en mi mano por no volver más, pero no hay nadie más disponible para tocar hoy, y la Banda me necesita.

-¿Y desde cuándo te preocupa alguien más que tu mismo? Que yo recuerde, tú siempre has sido el mismo personajillo egocéntrico y que va de sobrado por la vida.

-¡Yo siempre me he preocupado por los demás! -contestó airado.

-¿Y cómo explicas lo que le hiciste a Noa?

-Yo no hice nada, ella me cameló, y ella traicionó, tanto a mí como al resto, cuando vio que me había vinculado demasiado.

-No se cómo tienes los santos cojones de venir aquí contando esa cantidad de patrañas…

-Créetelo o no, ese es tu problema. El mío es sólo intentar hacer un poco de verdad entre tanta mentira…

Apartándolo contra la puerta, saltó la barrera y, respirando hondo, salió al pueblo.

29 de abril de 2010

El sonido de una lágrima (II)

Lo habían preparado para que fuera un gran día. Su gran día. Llevaban organizándolo semanas. Era el tema del que siempre hablaban antes de despedirse. Planeaban cada minuto, todo estaba previsto al mínimo detalle, sin dejar tiempo a la improvisación. Anhelaban el momento del reencuentro y en cada (fugaz) conversación maquinaban un poco más. Ambos tachaban en su calendario las jornadas que quedaban. Cada vez dibujándose más cerca en el horizonte, aumentando la inquietud de ambos.

Inexorablemente el día llegó. Amaneció nublado y amenazante de lluvia. Habría que trastocar un poco el plan. Sin necesidad de despertador, ambos se despertaron pronto, nerviosos por lo que podía pasar. No hizo falta que ella avisara cuando se subió al tren, ya estaba todo hablado. Tampoco él tuvo que correr para llegar a la estación, se sabía la hora de memoria. Ella traía en la mochila todo lo necesario para pasar el día según su horario. Él había pasado toda la mañana cocinando y adecentando el lugar. No dejaron momentos apasionados a su llegada, sólo un largo beso sobre su gélida mejilla. Él le cogió la bolsa y echó a andar, guiándola por toda la villa. Ella sonreía cada vez que él la miraba. Sus ojos brillaban de alegría, como a él le gustaban.

Tras el rápido paseo, llegaron al teatro a tiempo para poder escoger los mejores sitios, pero prefirieron colocarse en el lateral, justo en la línea de visión del solista. La sala comenzó a llenarse mientras los dos seguían mirándose en silencio, felices de poder (por fin) estar juntos. Una anciana pareja les pidió paso, como autómatas se levantaron para dejarles pasar. La anciana mujer sonrió al reconocer la estúpida expresión de sus caras. Susurró un "Gracias" mientras pasaba, conocedora de la ignorada respuesta. Paulatinamente las luces se fueron apagando y con ello las voces. Instintivamente su mano rozó la de él, quedando prendidas en un íntimo abrazo.

El recital fue conmovedor. El solista supo transmitir las sensaciones adecuadas para poner estremecer a sus oyentes durante más de una hora. En los ojos de ella, una lágrima estaba a punto de formarse. Él, delicadamente, le pasó su pañuelo por el ojo. Ella sonrió. No esperaron para felicitar al solista, tenían más cosas que hacer. Al salir, ya había comenzado a llover. Él intentó abrir el paraguas, pero ella no le dejó. Le cogió de la mano y, mientras se reía, lo llevó por las antiguas calles hasta un pequeño soportal.

-¡Pero qué haces, tenemos que seguir el horario! -le decía él mientras corrían.

Ella clavó su intensa mirada en sus ojos. Se acercó a su oído y susurró:

-Para eso tenemos los sueños...- y cogiendo su cabeza entre sus manos y suavemente le dio un beso en los labios. Su primer beso en la lluvia...

El sonido de una lágrima (I)

Sobre sus ojos laboriosamente se formaba una lágrima. Tras una larga noche ahora estaban secos. Lentamente se deslizó por su áspera mejilla siguiendo el camino que en una semana tantas veces ella había recorrido con su delicada mano. Suspiró al recordarla, no la volvería a ver. Aunque la culpa no era de ella, que había antepuesto su verdadera realidad contándosela. Ella que le había dicho adiós tras aquel codiciado día. La culpa era suya por querer seguir soñando despierto. Por querer vivir para siempre en un mundo de fantasía junto a ella. Un mundo donde los trenes son instantáneos, donde los teléfonos tele transportan y donde la música, como no podía ser de otra forma, era la base de la sociedad. Al oír el silbido del tren cerró los ojos un instante, imaginándola apoyada en la verja sonriéndole. Con gesto mecánico se incorporó y, sin volver la vista a todo cuanto dejaba tras de sí, entró en el tren...

24 de abril de 2010

Día del libro

Hoy, 23 de Abril, se celebra el Día del libro, que conmemora la muerte del ilustre escritor manchego Miguel de Cervantes Saavedra, creador entre otras muchas del universal Quijote (también conocido como Las aventuras del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha). Hoy es el día en el que las libreiras se vuelcan al público en general, aumentando la venta y promoción de obras a precios rebajados.
Según algunos, tal día como hoy, dos literatos universales también morían Sir William Shakespeare y Garcilaso de la Vega; ambos falsamente testificados. Si bien es cierto que murió Gracilaso de la Vega era el Inca, escritor de gran importancia para hispanoamérica y sin ninguna relación al caballero renacentista. En el caso de Shakespeare, murió un 23 de Abril según el calendario juliano, vigente en las Islas Británicas en el siglo XVI, y que difería en 10 días con el calendario gregoriano, ya establecido en los paises católicos.
En algunas regiones, como en Cataluña y Aragón, la festividad del Día del libro coincide con la festividad de San Jorge (o Sant Jordi). Ello conlleva a que en Cataluña este sea el día de los enamorados y por ello el hombre regale a su amada una rosa roja, símbolo del Santo y del amor en sí.
Para conmemorar un poco este día, y habiendo pasado la semana leyendo La Primavera avanza (Antología) del asturiano Ángel González para la PAU, qué mejor que unos poemas relacionados con el tema:

Muerte en el olvido
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
                             Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...



Mientras tú existas...
Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...
                                                Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

13 de abril de 2010

¿La última despedida?

Todo parece muerto en la pequeña estación. Ni siquiera los insectos más audaces se atreven a salir al frio para acercase a la tintineante farola. Tumbada sobre un descascarillado banco una sombra espera su turno. Un lejano rumor se acerca. Un traqueteante foco rompe la oscuridad reinante fuera del apeadero. Un estridente silbido cruza el pueblo fantasma, al que sólo un solitario perro contesta lanzando un ladrido a la reina de la noche. La sombra comienza entonces un extraño ritual de desperezamiento. Levantando la cabeza hasta la realizada luna, estira los brazos en un lunático saludo. Tras la rota verja de seguridad distingue la silueta de su fiel can, compañero de juegos y huidas, que ha venido a despedirse. Ambos saben que si sube el fantasmagórico expreso que ya se acerca, jamás volverán a verse. La humeante silueta aminoró la velocidad al distinguir su próximo pasajero. Mientras levanta su escueto petate, saca un manoseado pasaje de uno de los bolsos de su grueso chaquetón. Frente a él, una puerta se abre hacia un oscuro vagón.

-No lo hagas.-grita una autoritaria voz desde la oscuridad.

-¿Y quién se cree que es usted para poder darme órdenes?-Dice sin ni siquiera voltearse.

-Yo. ¿O piensas que me vas a dejar aquí sin tan siquiera despedirte?- contesta una escuálida voz mientras las dos figuras avanzaban al pequeño círculo de luz.

Un aire frio le recorre la espalda. Esa voz está grabada en lo más hondo de su ser. Una voz por la que muchos sentenciados se desquician. Él mismo había pasado por el sufrimiento de esa voz unos años antes en el penal. La dulce voz de la muerte...

No le hizo falta girarse para saber quiénes le imploraban. Aunque lo hiciera no hubiera visto nada. Tal vez unas Ray Ban Clubmaster ocultando el aire a la altura de unos invisibles ojos, o unas cartas en manos de la escuálida voz. Pero ninguna cara con los ojos llorosos, aguantando el llanto como el que la voz transmitía.

-Lo siento Frank. Tendreís que buscar a otro loco que se atreva a guardar un pueblo fantasma. Prefiero volver a mi eterna condena a muerte en el corredor que aguantar un minuto más este infierno. Adiós.

De un salto se sube al andrajoso vagón, cerrando la puerta tras de sí.

-No te preocupes, Frank. Moria ha dicho que lo volveremos a ver mucho antes de lo que él se imagina.

-Espero que estes en lo cierto. Porque en este pueblo necesitamos una autoridad. Por mucho pueblo fantasma que él crea que es, los crímenes que se cometen aquí son reales...

-Te doy mi palabra, Frank. Todo irá bien.

-Demasiado reales, Ashriel. Demasiado reales...

30 de marzo de 2010

Retomando el hilo

Levantó la vista y se fijó en su gastado vestuario. Gastado de las prisas que normalmente le asolaban. Parecía que su vida se resumía en viajes entre concurridas estaciones y atestadas salas, con pequeños descansos para visitar el camastro. Parecía, porque algo estaba cambiando. Algo externo a él, porque para él nada había cambiado: seguía siendo el mismo curioso personaje sacado de una de esas novelas policiacas que tanto acostumbraba a leer. Nada que ver con el protagonista, él sería el personaje meditabundo, enterado de todo menos de lo verdaderamente importante: él mismo. En su figura se mantenían los gastados anteojos y su corte bohemio. Sólo hechaba en falta un anillo en su mano, sustituido por una marca en la piel. Ese anillo era el primer vestigio del cambio, el adios al pasado, al Tempus fugit y a las caras largas frente al cristal. Ante él se abrían nuevos horizontes, nuevos tiempos, un bonito pasaje en primera, quizá incluso un Carpe diem. Aún le quedaba mucho por descubrir. Pero ya no lo haría solo. Ahora navegaba bien iluminado con faroles verdes en ambos costados de la embarcación. Le empezaba a gustar el riesgo, las nocturnas charlas y, ante todo, su sonrisa. Juntos descubrieron su pasión por las aisladas playas, las románticas puestas de sol y las salvajes escapadas nocturnas.
Volvió a mirarase las manos y sonrió. Ella jugueteaba con un trozo de alambre retorcido. Logró colocarlo hasta la mitad del dedo anular. Sería su secreto, no cabía lugar a dudas. No se podía pensar otra cosa en los tiempos que corrían. Tiempos oscuros para los conservadores patriarcas. Para los jóvenes eran los tiempos del esperado cambio. Aunque ambos coincidían en que sería el tiempo donde la vida privada pasaría a ser pública y la vida pública pasaría a un segundo lugar. Importaría más el último ligue de la tertuliana del momento que la reforma sobre la educación y sus repercusiones sobre los futuros mandatarios. Tristemente, las futuras proles pensaban que eso era problema del Gobierno, no de la gente de a pie.
Toda la polémica le quedaba atrás. Él era feliz junto a ella. Al principio le encantaba soñar con como se sería su futuro. Siempre acababan con su cabeza dormida sobre su regazo. Eran en estos momentos cuando él aprovechaba para acariciarle el sedoso peloy dormir con tan agradable sansación. Lentamente se dió cuenta de cuán hondo estaba ella calando en él.

Sólo sabes que estás verdaderamente enamorado cuando no quieres dormir por la noche,
 porque tu vida real supera a tus sueños.

21 de marzo de 2010

Gregory Holmes

Viendo esta tarde series en, la aún no cancelada, Seriesyonkis; he empezado a dar forma a una teoría entre las similitudes de algunas series de actualidad con fenómenos de la literatura. Buscando acerca de esto en Internet, encontré esta recopilación de similitudes entre el más suspicaz detective inglés Sherlock Holmes; y el más acido de lo médicos estadounidense, Gregory House. Cuanto menos curioso es:


>Holmes tiene un solo amigo, John Watson.
House tiene un solo amigo, James Wilson.

>Holmes es adicto a la cocaína.
House es adicto a la vicodina.

>Holmes sólo se interesa por resolver los casos sin importarle en lo más mínimo sus clientes.
House sólo se interesa en diagnosticar los casos sin importarle en lo más mínimo sus pacientes.

>Holmes carece de escrúpulos y utiliza casi cualquier método para resolver sus casos.
House carece de escrúpulos y rompe reglas con tal de diagnosticar a sus pacientes.

>Holmes disfruta tocando el violín.
House disfruta tocando el piano.

>Holmes es irritantemente soberbio, altanero, siempre cree tener la razón y es malhumorado.
House es irritantemente soberbio, altanero, siempre cree tener la razón y es malhumorado.

>Holmes vive en el departamento 221B de la calle Baker.
House vive en el departamento 221B

>Holmes, el personaje, fue compuesto por Conan Doyle basándose en un médico.
House ES médico

>Holmes tiene un archienemigo, el profesor James Moriarty.
House en un capítulo recibe un disparo y si bien no nombran al atacante, en los títulos figura como Jack Moriarty.
  
Posdata: todo ello ha sido cogido de  http://www.drgen.com.ar/

14 de marzo de 2010

Cartel en viernes

El bar estaba abarrotado. Humo, sudor y alcohol saturan el viciado ambiente. Sobre el escenario los cinco jóvenes dan el primer paso para empezar a comerse el mundo. Cumplen los requisitos para hacerse un hueco en este, cada vez más, comercial y corporativo mundo. Tienen aptitudes, nuevas ideas y falta de puntualidad. ¿Alguien da más? De entre el público salen gritos de guerra, se comienza a impacientar. Dentro del camerino se escuchan risas y las instrucciones de última hora. Mientras todo el mundo mira al escenario, con una magistral jugada suben de entre el público. No esperan más para ponerse a tocar. Los primeros acordes hacen que el público se silencie para al instante comenzar a corear. No hace falta tener muchas aptitudes musicales para ver el interes que le ponen a cada tema para crear su propia canción. Hacen versiones, si; pero en ellas imprimen su carácter y su estilo. Puede que hoy acaben de editar su maqueta y tengan pocas tablas; pero tal vez mañana se conviertan en los proximos Beattles. Por lo tanto, habrá que seguirles la pista muy de cerca...

12 de marzo de 2010

Té caliente...

Fuera hacia demasiado frío para que la gente saliera a dar un paseo. Era una de esas tardes de domingo en las que donde mejor esta uno es metido en casa. Sobre la cama un retorcido cuerpo con la mirada fija en el pórtatil se resguardaba bajo una escueta manta. Una taza de té caliente expiraba las últimas bocanadas de vapor desde el suelo. Las gotas de lluvía golpeaban contra el cristal. Estaba relajado, aún no había abierto los libros desde el viernes; pero no le preocupaba, aún no se veían globales en el horizonte...Ya se inventaría una excusa el lunes si le preguntaban. Aún quedaba mucho para que llegarar a ese , ahora especial, rutinario día...Se acabó el tiempo de reproducción gratuita, ahora le tocaba esperar una larga hora. Comprobó el móvil por cuarta vez en menos de 10 minutos. Aún no había señales de ella. Estaría por alguna parte de la abrupta orografía cantábrica. Revisó su correo por si recibía alguna noticia importante. Nada, comprobó con desilusión, sólo publicidad engañosa, ¿cómo puede haber alguien que caiga en estos bulos? pensó mientras daba cuenta del contenido de la taza. Se avecinaba una hora de pseudosomnolencia a la espera de poder ver el desenlace. Una alerta del Windows Mensenger sobre una nueva petición de amistad le despertó. ¿Quién será?
>Hola, ¿Quién eres?
>Tal vez no me recuerdas, pero me cambiaste la vida...

28 de febrero de 2010

Lo que el ciclogénesis explosivo trajo...

Bonito sueño, el que vivimos ayer. Un encuentro en el que parecía el último día para la especie humana, o al menos para la población de la España verde. Una llamada, una hora y un lugar. En el momento culminante de la ciclogénesis explosiva, con un irritante silbido, llegabas en el último expreso (que raro que aparezca un tren...). Tras los pertinentes saludos formales y la presentación del imporvisado plan, nos encaminamos a la zona cero. Te cogiste a mi brazo para soportar las ráfagas de viento. Desgraciadamente nos encontramos con mis sorprendidos compañeros de partida, mientras intentaban evacuar cualquier vestigio de una histérica semana. Sonreiste y seguimos impasibles nuestro camino. En medio del vendaval encontramos un arenoso refugio para aislarnos. Parecía que todo se acabaría allí, que el viento se llevaría por delante lo que la humanidad tanto había intentado destruir (y por poco lo consigue antes) con su arrogancia. "Carpe Diem" te susurre al oido. Volviste a sonreir. Ahí se olvidaron todas las formalidades y todos los planes secretos. Poco a poco nos olvidamos de temas triviales para pasar a temas importantes.
Cuando nos pareció que ya había pasado todo decimos que era el momento de sentarse con una copa delante. Te dí a probar de mi Fraiangelico-Cola, removido no agitado, y con gusto nos lo acabamos mientras las rachas de viento levantaban árboles enteros. Nos despedimos resguardados en un pequeño portal cercano a la terminal. Ya no habia"¿Cuando te volveré a ver?"pregunté antes de que te subieras al pequeño blindado."Antes de lo que imaginas" contestaste con tu mejor sonrisa enigmática.
Un buen argumento para una película holliwoodiense digna de (al menos, ¿porqué no?) un par de nominaciones al Óscar.

....El mundo se desmorona y nosotros nos enamoramos.

22 de febrero de 2010

El tren de las 17:25

Siempre me gustó viajar. Recorrer mundo, descubriendo nuevos lugares y gente. Ante todo mucha gente. Aunque si hay algo mejor, tal vez sea el mero hecho de viajar, soñando en lo que haras al llegar. Esta situación se multiplica al atardecer, con los últimos rayos de un intenso dia. Algunos (estrambóticos) piensan que es un momento mágico, donde las deidades diurnas se entremezclan con las nocturnas, momentos donde la gente se recoge en sus casas para que las criaturas de la noche (y otros seres más reconocibles) salgan a venerar a su diosa lunática. Sin llegar a tales extremos yo creo que es un momento para difrutar viendo el cambio de tonalidades y deleitandose del lento descenso del astro tras el horizonte.
Nunca llegue a pensar en llegar a viajar tan a menudo como entonces. Unos dias luchaba por estar cerca de una ventanilla en el abarrotado cercanías, otros charlaba animadamente en el interurbano y, una vez por semana, en aquel vetusto utilitario Ford. Recuerdo como me esperabas frente a la estación para llevarme de vuelta a nuestros más extraños sueños. Aún sonrió al recordar aquel frio primer viaje.
El tren llegaba con retraso, por culpa de la fuerte nevada, y tú dentro del coche esperando. Baje las escaleras y me diste las largas para que supiera. Estabas sonriendo. Metí el saxo detrás y aún tiritando entre en el pequeño vehículo. Te reiste de mi tiritona. Ambos estabamos nerviosos. Yo apenas podía parar de calentar las manos y tú tensa sobre el volante conseguiste que se te calara un par de veces. Me llevaste a tu guarida y hablando de temas triviales, me di cuenta de que no eras tan inocente como parecías. Fue una tarde para recordar a parte de por el frio que pasamos, por todo lo que hablamos. Con los últimos rayos de un frio sol, nos despedimos en la solitaria nevada estación. Fue un triste viaje de regreso. Llegué a casa empapado, llovía y tú te habías quedado con mi paraguas entre otras cosas. 
Hace ya cierto tiempo de eso, pero me dejaste tu huella bien marcada. Pocas cosas superan al placer que me da montar en un tren y dejarse llevar. Quizá también influyó el viaje que 5 meses más tarde cambiaría el rumbo de mi vida y de la de aquellos que me acompañaban...

15 de febrero de 2010

La venda (III)

Una suave brisa revuelve su descuidado pelo, ocultando su mirada de los ojos de ella. Con un gesto mécanico hace que su indomable cabellera vuelva a su origen, y volviendo también a su vista de ensueño. A escasos centímetros su cara, sonrosada por la fría noche, y sus verdes ojos brillando con la luna, enmarcados entre su áureo pelo. Tras ella el bello paisaje que tan bien había sabido describir. La tranquila pleamar con sus caprichosas figuras de espuma, el velero que surcando las olas se alejaba de la costa y, casi invisible desde esa recóndita cala, la nocturna ciudad. Su nocturna ciudad. Desde la cala sólo podía ver la atalaya en la que sobresalía la monumental escultura y las luces de la primera fila de edificios. "Ahora mismo estaría sentado en el banco de la Mina, como todos los sabados, bebiendo el mismo Frangelico-cola, con los mismos de siempre, escuchando sus aventuras o no, simplemente en silencio mirando al cielo y soñando en momentos como este; entonces, ¿porqué me cuesta tanto dar el paso?" Cerró lo ojos tratando de ordenar todo lo que quería decir. Al abrirlos de nuevo, tenía sus penetrantes ojos clavados en sus retinas.
-¿Te piensas quedar meditando toda la noche?
- Puede, el sitio se presta a ello. Además hay que pensar bien todas las variables para evitar que algo salga mal antes de lanzarse.
-Sabes que no hay plan perfecto, ¿no?
-Soy consciente, pero de haber algo perfecto me gustaría que esto fuera lo más parecido.
-Siento tener que ponerme pesada, a pesar de que sé que a ti te gusta que lo sea; pero creo que el factor tiempo está en nuestra contra, y viendo que no vas a hacer nada...
Con un suave movimiento le apartó un rebelde mechón hacía atrás y se inclinó sobre él posando suavemente sus labios en los de él. Él le correspondió apretándolos levemente y acariciando la mano que ella tenía posada sobre su rostro. Fue un beso fugaz. Apenas habían pasado unos segundos cuando la alarma de su móvil sonó.
-Mierda. Tenias razón, el factor tiempo siempre juega en mi contra.
-Con el tiempo te acostumbrarás a que siempre la tenga.-dijó mientras su sonrisa volvía a su lugar.- ¿Y ahora qué?
-No se, tu dirás...
- Creo que podríamos olvidarnos del factor tiempo, y del resto de factores, porque tarde o temprano tu plan fallará y me gustaría poder saberlo antes de que eso pase; así que, ¿me lo cuentas?
-Lo siento, pero no va a poder ser. Tendrás que quedarte con la curiosidad de saber cuál era hasta que falle...Y en cuanto al factor tiempo...ya encontraré la forma de solucionarlo, aunque hoy no puedo faltar.
Ya volvía a tener sus penetrantes ojos clavados en la retina.
-Entonces ahora, ¿qué?
-Habrá que acabar lo que tú empezaste, ¿no?

7 de febrero de 2010

La venda (II)

Las olas del pleamar rompían contra las escaleras unos metros más abajo. Las gotas de agua flotaban en el aire creando una húmeda neblina. Hacía tiempo que la noche había caído, pero aún no había empezado a soplar el frio Noroeste. Una solitaria pareja caminaba por el angosto sendero. Ella le guiaba, evitando que, sus ya de por sí sucias converse, se llenaran de arena mojada. Él confiaba en su cicerone, de la misma manera que al dejarse poner la venda.
-Hemos llegado.-Sentenció ella al llegar al borde del camino.
-Dime qué es lo que ves.
-Las olas rompen cerca de nosotros. La espuma crea caprichosas figuras en el oscuro mar. Se ven las luces de un velero que navega por la tranquilidad del mar lejos de las luces de la ciudad. Debe de tener una vista preciosa del Gijón nocturno con la luna llena sobre nuestras cabezas. La verdad es que este lugar gana más en noches como ésta. ¿Porqué no te quito la venda y lo ves por tí mismo?
-Primero quería saber que era lo que tu veías, porque estoy seguro de que no sería capaz de verlo tan bien.
-¿Y eso? ¿Ya volviste a echar unas gotas de licor al té?
-No, simpática. Porque habría más cosas en las que fijarme.
-¿Dónde? Te he dicho todo lo que hay.
-Te olvidas de tus ojos.
Lentamente ella se levantó y le quitó la venda. Al abrirlos los ojos se encontraró a escasos centímetros de los de ella. Como de costumbre, sonreía.
- Así no podrás decir que había algo que no te dejaba verlos bien.

4 de febrero de 2010

La venda

La taza de té aún humeaba en el pequeño bar frente a la estación, cuando el cercanias hizo notar su llegada. Sin esperar tan siquiera a que el eco del silbido se esfumara, se bebió el teñido caldo de un trago. "Tengo que empezar a llegar un poco antes. No hay un sólo día en que me pueda tomar mi Earl Grey tranquilo" pensó mientras buscaba en su cartera el dinero para pagar.
-No te preocupes, invito yo.
La voz le sorprendió a pesar de que, como cada semana, era el motivo de su espera. De hecho, era el motivo por el que aún seguía comportandose como un adolescente, mandándose sms hasta las tantas y dando toques a horas indiscretas. No le dió tiempo a darse la vuelta antes de que ella le tapara los ojos.
-¿Otra vez la venda? Creí que no ibas a volver a hacerlo más.
-Yo también te he hechado mucho de menos.-le contestó mientras hacía eso que sabía hacer tan bien: reirse.
-Pero, ¿para qué quieres que la lleve, si ya sé a donde me vas a llevar? De hecho podría hacer el camino solo y con los ojos cerrados...
-Bueno, está bien. Haremos un trato, lanzaré una moneda al aire. Si sale cara, tú ganas y te quito la venda; pero si sale cruz, la venda se queda hasta que llegemos.
-No hace falta que lanzes nada, la llevaré puesta otra vez. Pero a cambio prometeme que no dejarás de reir.
Extendió la mano, en un acto casi mecánico y volvió a notar la suavidad de sus manos. Siempre que las tocaba le surgían las mismas preguntas. Sin llegar a formularlas, ella le contestaba con una caricia. Con la venda en la cabeza, salieron de la estación mientras la gente se giraba al verlos pasar. Ya no le importaba, lo único que quería era caminar con ella por las calles de la ciudad mientras la vespertina luz iluminaba los verdosos ojos de ella.

30 de enero de 2010

Pesadilla

Ya van más de dos semanas en las que me despierto inquieto a media noche por culpa de una pesadilla. Paseamos por un parque una tarde primaveral. Un parque de una ciudad cualquiera. Se me antoja que es la época romántica (¿cuál si no?) A nuestro lado caminan estrafalarios bohemios, entrajeados doctores de bigote engominado y frágiles damiselas empolvadas bajo parasoles estampados. Ambos vestimos parecido, aunque yo sigo incondicional a mis converse y tu no te quitas ese horrible pesimismo. Al menos aquí también coincidimos en lo poco que nos gustan los complementos del otro. Conversamos en una extraña lengua pero el tema no tiene importancia, porque camino mirando al suelo. Algo me hace levantar la vista y veo un cambio en tus ojos: tu mirada ya no es fría e indiferente, sino que brilla e incluso parece feliz. ¿Cuánto hace que no la veo en tal esplendor? Sonríes y me abrazas. Lentamente tus labios se acercan y con tu suave beso me despierto.
¿Dónde está la pesadilla de este idílico sueño? En que por mucho que lo intente, y después de haberme tropezado más veces de las que la dignidad humana permitiría, te seguiré esperando.

25 de enero de 2010

Le mal du siècle

Sólo recuerdo que hacía frío y que ella miraba atentamente a la bailarina de su caja de música. Era una melodía triste, inspirada en la melancolía por los tiempos felices. Tiempos que, ahora igual que entonces, brillan por su ausencia. La figura de porcelana giraba sin parar, en una imposible pirueta. La música fue parando en un ritardando molto mientras la bailarina hacía su último giro. Le siguió una profunda quietud, rota por el sonido de los copos de nieve al posarse en el alfeizar y su renqueante tos. Con suma parsimonia se levanto y, aún con los ojos humedecidos, se giró a la ventana. No recuerdo que víó tras los empañados cristales, pero una sonrisa iluminó su frágil rostro. Se volvió hacía la puerta, donde desde hacía rato le esperaba. Parecía radiante. Sus ojos, aunque enrojecidos, conservaban ese color de la niebla marina, que junto con el lunar de su mejilla resaltaban su palidez mortal. Entre sollozos nos abrazamos; después supe que sería el último. Ella apenas tenía fuerzas, la enfermedad le estaba quitando las pocas que le quedaban, pero ella seguía sin rendirse a su final. No quería que me olvidara de ella, aunque nunca lo podría hacer; y me hacía visitarla todos los días y contarle las novedades que había en nuestra París decimonónica. Sobretodo de ese joven que años más tarde, y al igual que tantos otros, correría su misma suerte. Ese joven pianista romántico, Frédéric Chopin.

14 de enero de 2010

Si Frank levantara la cabeza...

Enciendes la radio y es una decepción tras otra. Cambias de emisora y antes de deprimirte la apagas. Parece que lo único que gusta son las melodias gregorianas (siempre sobre la misma nota, con pequeñas cadencias al final y comienzo de la frase), las letras sin sentido y usar los mismos acordes. Puede que esa sea la moda de los 00's, de la misma forma que lo fueron los solos de saxo en los 90's o las intro de sintetizador de los 80's. La música evoluciona y los cambios no siempre están bien admitidos por una, cada vez más, conformista sociedad. Tal vez he pasado demasiado rápido la edad de la rebeldía y la busquedad del santo grial musical y ya me encuentre en la época de la madured refunfuñona y de la añoranza por los éxitos del pasado. Seguramente. Doy gracias al Spotify por el que aún puedo seguir encontrando antiguos éxitos olvidados o descubriendo nuevas voces sin necesidad de desembolsarme un pasta comprandolos. Y así continuar escuchando música mientras cuento mis gastadas batallitas.

12 de enero de 2010

Anochece

Un frio mortal impregna el ambiente. Comienza a llover fuera del pequeño refugio. La parpadeante luz apenas consigue iluminar la pequeña parada. No falta mucho para la llegada del último bus. Alejado de cualquier vestigio de humanidad, la soledad no es un privilegio, sino una grata realidad. Sobre mis hombros una pesada carga empieza a formarse, demasiados fallos para comenzar el año. Mis planes están destruidos, solo puedo volver a mi añorada improvisación. El bus se acerca, es el momento. Frena sueavemente, y abre la puerta, invitandome a volver a la calidez de la sociedad. Lo siento, pero hoy no. Hay dias en los que un poco de automarginación sirven de mucho. Los restos del día se ocultan completamente tras la nevada montaña, sigo caminando impasible camino sin rumbo. Tal vez así pueda borrar los fallos cometidos durante el reinado de la luz.
La noche ha llegado y trae a su siempre agradable compañía. Aparece entre las sombras, y vuelve a mirarme con esos profundos ojos marrones. No lloran, pero si alguna vez lo hicieran, hoy sería el día. El día en que alguien más a decidido empezar a vivir la noche eterna, sin pedir consentimiento alguno.

8 de enero de 2010

Rutina

Rutina. Endiablada palabra para todos, incluso para mí. Sinónimo de madrugones, carreras y ella. Preocupaciones semanales, sábados de parranda y tardes de domingo pensando en su profunda mirada. No comparto mcuho tiempo, tan sólo unos pocos minutos, pero ya es suficienta para que mi mirada vague perdído. En las vacaciones huyo de su presencia tanto cómo mi suerte me deja para no encontrarla, y lo suelo conseguir; pero las clases de Literatura son un mal remedio para ocultar su existencia. La monótona voz del disertador hace que, día tras día, le dedique algo más que un momento. Así me va el pelo. Pero todo sea por una buena causa, ella; aunque algunos crean que es mi búsqueda del grial. Tan distante y lejana, que de podría llegar a ser uno de esos gobernante platónico si consiguiera acercarme...Pero aquí la voz en off se conecta y aún continúa con su exposición sobre el Realismo. ¡Qué triste pérdida de tiempo! Por mucho que disfrute de la lectura, ¿ no hay mayor muestra de realismo en afrontar una derrota? Y que mejor ejemplo que tú para ilustrar mi rutinaria derrota...

7 de enero de 2010

Las rebajas

Al igual que otras comunidades autónomas, Asturias comienza sus rebajas el día después del consumista día de Epifanía. "Esto ( dicen las asociaciones de consumidores) sólo beneficia a los comerciantes,quien hacen su Agosto para las compras de Reyes" Lo cierto es que las rebajas son batallas de bienes. Sean cuando sean, la gente se vuelca en los comercios para gastar menos desperdiciando más dinero. Lo único que aumenta al ser después de la llegada de los magos es que aumentan las devoluciones. Cargados con bolsas de ropa para cambiar, madrugan para así evitarse las termidas colas. Ingenuos, sólo así se precipitan a ellas. Las tiendas se llenan de buscadores de oportunidades, pujadores del bajo coste y luchadores de ofertas. Todos siguen sus propios principios sobre como gastar poco y comprar mucho. Es una guerra sin cuartel, sin ningún pudor ni ningún reconocimiento al derrotado. Lástima, al llegar a casa, el vencedor se dé cuenta de no es más que otro vencido al ver la gran cantidad de artículos que ha comprado por el mero hecho de comprar. Artículos que no usará y englobarán parte de ese basurero activo con el que convivimos en nuestra casa. Y seguirá comprando inútilmente hasta que le llegué el último turno de la caja, donde tendremos que dar cuenta de todo lo que hemos gastado...



3 de enero de 2010

Una de Trece

(Aunque esto tendría que haberse hecho ayer, la intención es lo que cuenta....)
Ayer cumpliste 18, el primero de todos en llegar a la ansiada mayoría de edad. Ahora ya pueden meterte un buen puro si sigues con tus pequeños reajustes de presupuesto del Consejo (y lo sabes), sin embargo ya puedes ejercer tu pleno derecho al voto y con ello escalar un paso más hacia la Moncloa. ¡Quién te viera a tí en la Presidencia! De hilo musical el Boss, recibirías a los emisarios internacionales con sombrero y conseguirias las reformas a base de cantar una canción de Queen al piano... No hace falta que te diga cuál, ¿verdad?
Aunque últimamente te veo más como un eminente médico, similar a los de las series que tanto nos gusta comentar mientras esperamos la maldita publicidad. Siguiendo tus propias convicciones antes que las del Vademécum, transgresor, viviendo extrañas relaciones sentimentales, sin dejarte avasallar... Dices que para ello tienes que irte a estudiar al extranjero; pero no te preocupes, todavía te quedan 6 duros y largos meses para decidirlo...
Aún recuerdo nuestro primer encuentro fuera de las clases, fue en una de las primeras macrocenas/botellón de mi clase, haya por el mes de Octubre. Estabamos enfrentados por la candidatura del Consejo Escolar y esa fue nuestra primera foto, dandonos la mano en una fingida cordialidad. Poco a poco me fui acoplando a vuestro grupo a ser uno más. Nos dimos cuenta de que nos parecíamos en muchas cosas, desde el aspecto de loco bohemio, las gafas y hasta el pasado musical. Con el viaje de Estudios no hizo más que unirnos y al final del curso ya eramos compañeros de juego. Hemos estado apoyándonos mutuamente tanto en algunos de los buenos momentos como en unos cuantos de los malos. Y por ahora te quedan 6 meses agunatándome antes de que el destino separe (o no) nuestros caminos.
Espero que estés contento, aquí tienes tu entrada y a un amigo para lo que necesites. Sólo te pido una cosa: ¡Aprovéchalos, que no todos los días se cumplen 18; pero con cabeza!!

1 de enero de 2010

El Concierto de Año Nuevo

El dia de año nuevo suele ser sinónimo de buenos propósitos, comidas familiares y tristes resacas. De dormir hasta bien entrada la tarde y de móviles sonando con sms de felicitaciones. Por el lado cultural también es el día en que muchas orquestas (Sinfónicas o Filarmónicas) dan sus conciertos para recibir al año. Dentro de ellas, y desde hace más de 70 años, la Filarmónica de Viena felicita el año con un multitudinario concierto seguido internacionalmente. Sin lugar a dudas, éste es el concierto de música clásica más visto cada año, transmitido a más de 50 países para unos 1.000 millones de personas. Originalmente fue concebido para levantar el ánimo de los vieneses en tiempos difíciles, hoy se ha convertido en un símbolo mundial de esperanza y optimismo para el año venidero.
El Concierto de Año Nuevo 2010, que este año ha sido dirigido por el francés Georges Prêtre (quien ostenta el record de director más longevo frente a la Filarmónica), no es el único concierto de año nuevo en la capital austriaca. Aunque la Filarmónica tiene muchas directores por subscripción o las estrellas de la batuta que vienen como directores invitados para el primer concierto del año.
La música suele ser en su mayoría, obras compuestas por la familia Strauss. El concierto siempre termina con varias propinas que no están incluidas en el programa principal. Tras los últimos aplausos del programa, los músicos felicitan el Año Nuevo y toman asiento para terminar con el Vals del Danuvio Azul y la Marcha Radetzky. Durante esta última obra, la audiencia aplaude al compás y el director se vuelve para dirigirla, en lugar de mirar a la orquesta.
Los dire Hasta 1987 tenía un director fijo, hasta que a su muerte o jubilación le sucedía otro. Sin embargo, a partir de 1987, se prefirió otro sistema, la alternancia de distintos directores cada año, todos ellos por supuesto "estrellas" actuales de la batuta.
Este concierto tiene lugar en la Sala Dorada del Wiener Musikverein, un lugar con un verdadero encanto para cualquiera. De gran riqueza decorativa, para el concierto se ve aumentada gracias a la gran cantidad de flores regaladas anualmente por la ciudad de San Remo. Es una de las tres mejores salas del mundo respecto a la sonoridad. Aunque es la sede de la Filármonica, no solo alberga conciertos de ésta, tambien hay recitales y ballets de gran importancia.