15 de febrero de 2010

La venda (III)

Una suave brisa revuelve su descuidado pelo, ocultando su mirada de los ojos de ella. Con un gesto mécanico hace que su indomable cabellera vuelva a su origen, y volviendo también a su vista de ensueño. A escasos centímetros su cara, sonrosada por la fría noche, y sus verdes ojos brillando con la luna, enmarcados entre su áureo pelo. Tras ella el bello paisaje que tan bien había sabido describir. La tranquila pleamar con sus caprichosas figuras de espuma, el velero que surcando las olas se alejaba de la costa y, casi invisible desde esa recóndita cala, la nocturna ciudad. Su nocturna ciudad. Desde la cala sólo podía ver la atalaya en la que sobresalía la monumental escultura y las luces de la primera fila de edificios. "Ahora mismo estaría sentado en el banco de la Mina, como todos los sabados, bebiendo el mismo Frangelico-cola, con los mismos de siempre, escuchando sus aventuras o no, simplemente en silencio mirando al cielo y soñando en momentos como este; entonces, ¿porqué me cuesta tanto dar el paso?" Cerró lo ojos tratando de ordenar todo lo que quería decir. Al abrirlos de nuevo, tenía sus penetrantes ojos clavados en sus retinas.
-¿Te piensas quedar meditando toda la noche?
- Puede, el sitio se presta a ello. Además hay que pensar bien todas las variables para evitar que algo salga mal antes de lanzarse.
-Sabes que no hay plan perfecto, ¿no?
-Soy consciente, pero de haber algo perfecto me gustaría que esto fuera lo más parecido.
-Siento tener que ponerme pesada, a pesar de que sé que a ti te gusta que lo sea; pero creo que el factor tiempo está en nuestra contra, y viendo que no vas a hacer nada...
Con un suave movimiento le apartó un rebelde mechón hacía atrás y se inclinó sobre él posando suavemente sus labios en los de él. Él le correspondió apretándolos levemente y acariciando la mano que ella tenía posada sobre su rostro. Fue un beso fugaz. Apenas habían pasado unos segundos cuando la alarma de su móvil sonó.
-Mierda. Tenias razón, el factor tiempo siempre juega en mi contra.
-Con el tiempo te acostumbrarás a que siempre la tenga.-dijó mientras su sonrisa volvía a su lugar.- ¿Y ahora qué?
-No se, tu dirás...
- Creo que podríamos olvidarnos del factor tiempo, y del resto de factores, porque tarde o temprano tu plan fallará y me gustaría poder saberlo antes de que eso pase; así que, ¿me lo cuentas?
-Lo siento, pero no va a poder ser. Tendrás que quedarte con la curiosidad de saber cuál era hasta que falle...Y en cuanto al factor tiempo...ya encontraré la forma de solucionarlo, aunque hoy no puedo faltar.
Ya volvía a tener sus penetrantes ojos clavados en la retina.
-Entonces ahora, ¿qué?
-Habrá que acabar lo que tú empezaste, ¿no?

1 comentario:

  1. la chica de la venda parece mucho mas atrevida de lo que es realmente...nose yo.y el chico pues todo lo contrario tarda en coger confianza pero después me sorprende en cada segundo...

    ResponderEliminar