8 de enero de 2010

Rutina

Rutina. Endiablada palabra para todos, incluso para mí. Sinónimo de madrugones, carreras y ella. Preocupaciones semanales, sábados de parranda y tardes de domingo pensando en su profunda mirada. No comparto mcuho tiempo, tan sólo unos pocos minutos, pero ya es suficienta para que mi mirada vague perdído. En las vacaciones huyo de su presencia tanto cómo mi suerte me deja para no encontrarla, y lo suelo conseguir; pero las clases de Literatura son un mal remedio para ocultar su existencia. La monótona voz del disertador hace que, día tras día, le dedique algo más que un momento. Así me va el pelo. Pero todo sea por una buena causa, ella; aunque algunos crean que es mi búsqueda del grial. Tan distante y lejana, que de podría llegar a ser uno de esos gobernante platónico si consiguiera acercarme...Pero aquí la voz en off se conecta y aún continúa con su exposición sobre el Realismo. ¡Qué triste pérdida de tiempo! Por mucho que disfrute de la lectura, ¿ no hay mayor muestra de realismo en afrontar una derrota? Y que mejor ejemplo que tú para ilustrar mi rutinaria derrota...

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