30 de enero de 2010

Pesadilla

Ya van más de dos semanas en las que me despierto inquieto a media noche por culpa de una pesadilla. Paseamos por un parque una tarde primaveral. Un parque de una ciudad cualquiera. Se me antoja que es la época romántica (¿cuál si no?) A nuestro lado caminan estrafalarios bohemios, entrajeados doctores de bigote engominado y frágiles damiselas empolvadas bajo parasoles estampados. Ambos vestimos parecido, aunque yo sigo incondicional a mis converse y tu no te quitas ese horrible pesimismo. Al menos aquí también coincidimos en lo poco que nos gustan los complementos del otro. Conversamos en una extraña lengua pero el tema no tiene importancia, porque camino mirando al suelo. Algo me hace levantar la vista y veo un cambio en tus ojos: tu mirada ya no es fría e indiferente, sino que brilla e incluso parece feliz. ¿Cuánto hace que no la veo en tal esplendor? Sonríes y me abrazas. Lentamente tus labios se acercan y con tu suave beso me despierto.
¿Dónde está la pesadilla de este idílico sueño? En que por mucho que lo intente, y después de haberme tropezado más veces de las que la dignidad humana permitiría, te seguiré esperando.

2 comentarios:

  1. Ya pero q sean mas años no significa que sea mejor.. es más en mi opinión no hay carreras mejores o superiores a otras, todas son importantes.
    Por debajo?? eso no lo pillé.

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