7 de diciembre de 2009

Si Platón no mirara al Sol...

El mito de del vuelo de Ícaro representa el camino en la busqueda de la realidad. Cuenta el mito que Ícaro estaba preso junto a su padre, el inventor Dédalo, en el laberinto de Cnossos. Su padre ideó unas alas para poder escapar y volver a su tierra natal. Recopilaron plumas de las aves que se posaban en los altos muros del laberinto y las fueron agrupando por tamaños. Las unieron con hilo de lino y cera. Esperaron a que llegara el verano, y un caluroso día se subieron a los muros. Antes de lanzarse al vacio, Dédalo, aconsejó a su hijo a que no volara demasiado alto, lo suficiente para poder librar las olas, o el Sol derretiría sus alas y caería al mar. Y se lanzó al mar. Ícaro, asustado se asomó al borde y vió a su padre remontar el vuelo, indicandole que le siguiera. Ícaro se lanzó y antes de tocar el mar, consiguió remontar el vuelo y situarse junto a su padre. Volar era una sensación nueva, y vió el Sol, inmenso y resplandeciente sobre su cabeza y decidió ascender un poco más. Desde esa altura veía todo el mar, con sus islas y peninsulas. y siguió ascendiendo, ya veía lo que había más allá del mar, el Gran océano. Su padre le rogaba que descendiera, pero él seguía. Y seguía, quería llegar hasta el Sol. Lentamente empezó a sentir mucho calor y quiso descender, pero ya era tarde, la cera se estaba derritiendo y las alas se deshicieron. El infeliz de Ícaro murió al caer sobre los riscos de la costa de su ansiada patria.
Este mito, cuya moraleja es no sobrepases tus límites, choca con la concepción platoniana. Para Platón, el Sol representa la idea del bien en el mito de la caverna y es ahí donde el verdadero filósofo tiene que llegar. Al llegar a la idea del bien, no podrá obrar mal, y de esa forma se convertirá en un buen gobernante, que representara los ideales del bien en su sociedad. Si aplicamos la filosfía platoniana al mito, nos dice que Ícaro era un hombre en cuya alma predominaba el alma concupiscible y que nunca podría llegar a ser un gobernante ni un guardian, sólo un mero artesano. Por eso el Sol deshizo sus alas y murió, dejando su resentida alma vagara hasta el mundo de las ideas en el mito alado. En su próxima reencarnación, el alma se verá resentida en su puesto social y rememorá el Sol, como algo inalcanzable para el ser que ocupe.

Como persona del siglo XXI, la concepción de que tu alma (aparcando la discusión de si existe o no) te impidirá llegar cualquier propósito esta totalmente rechazada. Estamos en la época de la igualdad, de llegar a ser lo que quieras y como quieras, mientras te esfuerces por conseguirlo, o sufras ese verdadero "don" que es el de ser el enchufado... Seguramente si la filosofía platoniana aún estuviera instaurada en nuestra sociedad tanto como lo está el cristianismo de San Agustín, la mayoría de los avances científicos de los últimos dos siglos sería impensables, aunque tambien serían impensables las guerras que mermaron la población. Sólo el Demiurgo, sabría que hubiera pasado de haber triunfado esas ideas revolucionarias en cualquier época...

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