28 de noviembre de 2009

Rompiendo tus cadenas

Quizá este sea un buen momento para pasar página de una vez. Ya ha pasado más de un año desde aquel inesperado primer encuentro y desde entonces sólo he estado esperandote. Y, digan lo que digan, un año es demasiado tiempo para cualquiera, incluso para mí. Aunque no este seguro de que sea lo que tengo hacer, debo hacerlo. No puedo seguir anclado en un pretérito condicional. Hay que avanzar, cambiar, evolucionar...
Un año de vida da para mucho, no hace falta más que mirar los tablones de "los guays" cuando se acerca año nuevo para darse cuenta. Unos que vienen y otros que ya no están , viejos sueños olvidados y nuevos proyectos por nacer, desconocidos que se convierten en amigos y amigos que pasan por desconocidos, viajes y experiencias innarrables... Pero yo siempre he estado al pie del cañón preparado para tí. ¿Te sorprende que lo diga tan abiertamente? No finjas, ni te hagas la sorprendida, no es la primera vez que lo oyes y no haces nada para remediarlo. Siempre lo has sabido, ¿no? Debí de suponerlo. Sólo querías un juguete nuevo y aparecí en el momento menos indicado. No te preocupes, ya sé de sobra que la culpa la tengo yo, por hacer un castillo de un grano de arena... Parece mentira que pueda pensar cualquier otra cosa...
La decisión ya esta tomada. No hay vuelta atrás. Nunca la hubo, ni la habrá. Problemas del continuo del espacio-tiempo: que sigue sin entender que, normalmente, a los seres humanos nos gusta escoger la opción incorrecta y luego echarnos las manos a la cabeza cuando nos damos cuenta de todo lo que conlleva el camino que hemos escogido. Y esta sería una de tantas cosas que deberían enseñarnos desde pequeños, algo que verdaderamente tubiera una utilidad práctica, independientemente de a que te dediques: Reflexiona antes de actuar y no cuando ya esté todo perdido.

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