12 de octubre de 2009

Tocando por Nueva York

Ajeno a lo que lo rodeaba, Jack volvía a aquel viejo antro. Cercano a la treintena aún se sentía joven. Con su pelo largo enmarañado y una barba de pocos dias parecía más un indigente que un músico. Pero a él ya no le importaba lo que pensara la gente. O al menos mientras no se metiera con su música...
Calzaba unas viejas converse marrones que él mismo había "remodelado". Vaqueros ajustados y camisetas de todos los colores completaban su vestuario. Sin contar con el traje negro y las camisas de la banda. Su banda.

Aparcó a un par de manzanas, lo suficiente lejos para que no le pasará nada a su pequeño capricho. Se bajó de su Mustang negro y se quitó sus gafas de sol. La puesta de sol no sería un problema dentro del club. Abrió el maletero y sacó con delicadeza las fundas de sus saxos Esta noche los necesitaría a ambos.

Desechó la idea de entrar por la puerta trasera al ver a un par de camellos trapicheando. Empujó la puerta y una humareda le pegó en toda la cara. No retrocedió, estaba demasiado acostumbrado a esta neblina . Aún no había llegado nadie más. Preguntó por los camerinos al hombre que había tras la barra. Despues de reirse en su cara y de que Jack pudiera combrobar la mala salud dental de su interlocutor, le sugirió la posibilidad de prepararse en el almacen mientras indicaba un puerta con un destartalado cartel de "Private. Don't Enter." Ni se lo planteó. Esperó al resto de la banda mientras se toma una cervez fría. La primera de muchas pensó.

Media hora después el resto de la banda había llegado y todo estaba listo. No hacía falta prueba de sonido, todos sabían como había que tocar. El ambiente estaba tranquilo, este no era más que un bolo sin importancia. Aún esperaban el momento en el que un cazatalentos les encontrara y pudieran tocar en el Madison Squart Garden o en el Blue Note... Pero hasta entonces se tendrían ue conformar con garitos como este.
El pequeño aforo del bar estaba llenandose, por su pequeño grupo de habituales. Esperaron cinco minutos más a que el público se empacientara y tras calarse el sombrero y arrglarse los cuellos de la camisa salió a comerse el mundo como cada jueves por la noche.


Catch my now I'm falling de The Kinks


No hay comentarios:

Publicar un comentario