Levantas la vista al cielo. Sólo una esponjosa nube blanca cruza un cielo impoluto. Por fin ha llegado el verano. Llevas todo el curso haciendo planes, imaginando anécdotas y de pronto ha llegado. Ya no sabes a que atenerte, el desmadre te controla. Y tú sólo quieres disfrutar de estos momentos con esa gente que sabe sacar una sonrisa de un pozo de lágrimas...
Vuelves a mirar el cielo. Lentamente se esta oscureciendo, nubarrones de tormenta se acercan peligrosamente dispuestos a estropearte tu primer dia de verano. Pero no te rindes. Al mal tiempo buena cara. Además hoy por fin la vas a poder ver. Llevas una semana entera esperando y nada ni nadie te va a chafar este momento...
El tiempo apenas pasa y apenas puedes aguantarte. En esta semana han pasado muchas cosas y no ves el momento para refugiarte en sus brazos. Un rayo de sol atraviesa los nubarrones y aparece ella girando la esquina. Una ligera brisa le alborota el cabello, un halo de luz resalta ese brillo casi mágico en sus ojos, por el que te empezaste a fijar en ella. Sonrie al verte con cara de desesperación, le devuelves la sonrisa timidamente...
Alguien ha escuchado tus rezos, un ángel ha venido a visitarte...
...Y esta vez es para quedarse.
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